Este miércoles 27 de septiembre la Agencia de Calidad de la Educación entregó los resultados de la prueba Simce de escritura 2016, la cual busca proveer información detallada sobre el aprendizaje de las habilidades de escritura. Dicha evaluación determinó que las mujeres lograron mejores resultados que los hombres en todos los grupos socioeconómicos, así como también el triunfo del sector rural, que obtuvo mejores resultados que los establecimientos de igual condición ubicados en zonas urbanas.
Tras dar a conocer los resultados del Simce de escritura 2016, prueba efectuada a alumnos de 6° básico, que al igual que otras evaluaciones posee un carácter censal, la Agencia de Calidad de la Educación logró establecer el desempeño de los estudiantes en relación a la práctica de sus habilidades a la hora de producir un texto original.
Dentro de este contexto, se destacó que la mayoría de los niños logró organizar y responder al propósito de lo que se les requirió, sin embargo, presentaron dificultades en tópicos asociados a la coherencia de lo escrito y en el desarrollo de las ideas que pretendían plasmar en el texto, lo que según Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad, se observó con mayor frecuencia en textos informativos.
Por otra parte, el Simce de escritura trae buenos resultados para la educación rural ya que en los sectores más vulnerables, correspondientes al grupo socioeconómico bajo y medio bajo, dichas instituciones educaciones logran mejores resultad que los establecimientos de igual condición socioeconómica ubicados en zonas urbanas.
Frente a esto, el Secretario Ejecutivo de la entidad a cargo, explicó que se visitaron algunos de estos colegios, con el fin de conocer sus prácticas para lograr una buena escritura de la comunidad escolar. Éstas, están asociadas a la planificación del aprendizaje a nivel de escuela y de asignatura, la motivación y el trabajo del lenguaje de modo transversal en todas las asignaturas. Finalmente, resaltó el rol de los profesores con altas expectativas de sus estudiantes y estudiantes que se sienten desafiados a dar más.
Actualmente, se asocia la calidad de la escritura y su precariedad al uso frecuente de las nuevas plataformas y tecnologías. Desde esa perspectiva, Carlos Henríquez puntualizó que es necesario entender qué es lo que se entiende por escribir peor, ya que acorde al enfoque curricular lo que se busca a través de la lengua es la capacidad de transmitir lenguajes que se entiendan con claridad.
En ese sentido, relató que hoy estamos escribiendo más que en toda nuestra historia. En un minuto se envían más de 150 millones de correos electrónicos, 30 millones de WhatsApp, se actualizan más de 3 millones de estados en Facebook y se escriben 500 mil tuits. Solo para hacerse una idea, hace diez años lo creado en formato digital representó 3 millones de veces lo publicado en todos los libros escritos en la historia de la humanidad.
“En Chile y en el mundo se escribe más que nunca antes en la historia de la humanidad, y aunque estas cifras son impresionantes, la importancia de la escritura no radica solo en la cantidad de información producida, sino en cómo ayuda al desarrollo del pensamiento, a comunicarnos diariamente y también a quedarnos en la historia”, concluyó.
Fuente://www.elmostrador.cl
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Wednesday, September 27, 2017
Wednesday, November 11, 2015
Cambios en el Simce apuntan a reorientar el sistema de medición
En el momento de mayor impopularidad de la prueba, la Agencia de la Calidad se sumó a la batería de cambios propuestos por el Gobierno en materia de Educación para aportar su propia "reforma".
"Había un desequilibrio entre la cantidad de evaluaciones versus el apoyo que el mismo sistema le entregaba a la escuelas", fundamenta Gino Cortez , jefe de la macrozona Centro Sur de la Agencia de Calidad de Educación respecto de los cambios realizados al calendario Simce. "Lo que queremos es no agobiar al sistema para que las evaluaciones tengan sentido", agrega.
En rigor, la propuesta de la agencia es rebajar la cantidad de pruebas censales de 17 a ocho o nueve por año, lo que implica una reducción de entre el 45% y 50%.
De este modo, pasa de seis a un máximo de tres el número de evaluaciones censales que un alumno puede tener a lo largo de su trayectoria en el sistema escolar actual.
Desde el Ministerio explican que bajo este nuevo esquema las pruebas censales en 4° básico y II medio se mantendrían cada año, mientras que las de 6° y 8° básico se aplicarían alternadamente año por medio. Tanto la prueba de Lectura de 3° básico como la de Inglés de III medio, serían muestrales y cada 3 años.
La modificación está en el Simce de Lectura para 2° básico que se reemplaza por una prueba muestral y una referida a los Estándares de Aprendizaje, desarrollada por la Agencia, para ser aplicada y usada internamente por las escuelas.
La propuesta además contempla desarrollar pruebas muestrales de formación ciudadana, y para educación técnico profesional, de competencias transversales, es decir, que aplican a todas la especialidades.
De modo complementario, se está trabajando en una política más global de fortalecimiento de capacidades para la evaluación de los aprendizajes, que realizan los docentes al interior de los establecimientos educacionales.
Para Cortez, este plan es un primer paso para un cambio todavía más drástico. "Lo que queremos es darle un sentido nuevo a la evaluación, todas las escuelas del país y por más de veinte años han trabajado para el Simce, para que los estudiantes se saquen un siete, y para nosotros lo importante es si el niño aprendió y cuánto aprendió, y si no lo hizo buscar fórmulas para mejorar", admitió la autoridad.
Las modificaciones se producen en el momento de mayor cuestionamiento al sistema de medición de la calidad de la Educación, momento en que estudiantes de establecimientos a nivel nacional, dos en la zona, se rehusaron a rendir la prueba por su carácter "estandarizado y segregador".
Parte de las voces críticas vinieron de la agrupación Alto al Simce, en que participa el Ph.D en Enseñanza y Educación de Profesores, de la Universidad de Arizona, Iván Salinas. "Es cuestionable la existencia del Simce, o al menos su carácter censal. Hay razones fuertes para cuestionarlo en su racionalidad y en su implementación. Si algo nos dice el Simce es que las escuelas están presionadas por la prueba y que esta presión también tiene carácter socioeconómico: las escuelas más pobres son sometidas a más presión porque son las que tienen menos puntajes".
Desde la academia, el experto en evaluación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Aladino Araneda, asegura que "la reducción de pruebas le hace bien al sistema pues le quita presión. El sistema de medición chileno es en exceso intensivo y extensivo".
Sin embargo, para el académico el paso de una evaluación censal a otra muestral no ofrece una mayor diferencia. "No tiene ningún efecto pedagógico y educativo, pues a la escuela le llegan datos agrupados y no individualizados".
Para Araneda lo ideal sería que cada establecimiento pudiera tener acceso a datos de base para definir planes y acciones para mantener o mejorar los resultados, según sea el caso, "pero no para instalar una evaluación educativa, pues sigue arrojando resultados sicométricos, comparativos".
Entre los cambios que valora el titular de la Agencia de Calidad está el hecho de que el nuevo sistema permitirá medir además a la educación técnica profesional, "lo que para nuestra Región tiene una gran importancia, por tener un sector industrial fuerte. Esta evaluación nos va a permitir observar de qué manera podemos apalancar la educación técnica profesional a nivel local para que ellos también puedan seguir mejorando".
fuente://http://www.diarioconcepcion.cl
"Había un desequilibrio entre la cantidad de evaluaciones versus el apoyo que el mismo sistema le entregaba a la escuelas", fundamenta Gino Cortez , jefe de la macrozona Centro Sur de la Agencia de Calidad de Educación respecto de los cambios realizados al calendario Simce. "Lo que queremos es no agobiar al sistema para que las evaluaciones tengan sentido", agrega.
En rigor, la propuesta de la agencia es rebajar la cantidad de pruebas censales de 17 a ocho o nueve por año, lo que implica una reducción de entre el 45% y 50%.
De este modo, pasa de seis a un máximo de tres el número de evaluaciones censales que un alumno puede tener a lo largo de su trayectoria en el sistema escolar actual.
Desde el Ministerio explican que bajo este nuevo esquema las pruebas censales en 4° básico y II medio se mantendrían cada año, mientras que las de 6° y 8° básico se aplicarían alternadamente año por medio. Tanto la prueba de Lectura de 3° básico como la de Inglés de III medio, serían muestrales y cada 3 años.
La modificación está en el Simce de Lectura para 2° básico que se reemplaza por una prueba muestral y una referida a los Estándares de Aprendizaje, desarrollada por la Agencia, para ser aplicada y usada internamente por las escuelas.
La propuesta además contempla desarrollar pruebas muestrales de formación ciudadana, y para educación técnico profesional, de competencias transversales, es decir, que aplican a todas la especialidades.
De modo complementario, se está trabajando en una política más global de fortalecimiento de capacidades para la evaluación de los aprendizajes, que realizan los docentes al interior de los establecimientos educacionales.
Para Cortez, este plan es un primer paso para un cambio todavía más drástico. "Lo que queremos es darle un sentido nuevo a la evaluación, todas las escuelas del país y por más de veinte años han trabajado para el Simce, para que los estudiantes se saquen un siete, y para nosotros lo importante es si el niño aprendió y cuánto aprendió, y si no lo hizo buscar fórmulas para mejorar", admitió la autoridad.
Las modificaciones se producen en el momento de mayor cuestionamiento al sistema de medición de la calidad de la Educación, momento en que estudiantes de establecimientos a nivel nacional, dos en la zona, se rehusaron a rendir la prueba por su carácter "estandarizado y segregador".
Parte de las voces críticas vinieron de la agrupación Alto al Simce, en que participa el Ph.D en Enseñanza y Educación de Profesores, de la Universidad de Arizona, Iván Salinas. "Es cuestionable la existencia del Simce, o al menos su carácter censal. Hay razones fuertes para cuestionarlo en su racionalidad y en su implementación. Si algo nos dice el Simce es que las escuelas están presionadas por la prueba y que esta presión también tiene carácter socioeconómico: las escuelas más pobres son sometidas a más presión porque son las que tienen menos puntajes".
Desde la academia, el experto en evaluación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Aladino Araneda, asegura que "la reducción de pruebas le hace bien al sistema pues le quita presión. El sistema de medición chileno es en exceso intensivo y extensivo".
Sin embargo, para el académico el paso de una evaluación censal a otra muestral no ofrece una mayor diferencia. "No tiene ningún efecto pedagógico y educativo, pues a la escuela le llegan datos agrupados y no individualizados".
Para Araneda lo ideal sería que cada establecimiento pudiera tener acceso a datos de base para definir planes y acciones para mantener o mejorar los resultados, según sea el caso, "pero no para instalar una evaluación educativa, pues sigue arrojando resultados sicométricos, comparativos".
Entre los cambios que valora el titular de la Agencia de Calidad está el hecho de que el nuevo sistema permitirá medir además a la educación técnica profesional, "lo que para nuestra Región tiene una gran importancia, por tener un sector industrial fuerte. Esta evaluación nos va a permitir observar de qué manera podemos apalancar la educación técnica profesional a nivel local para que ellos también puedan seguir mejorando".
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Wednesday, October 28, 2015
ENCUESTA REVELA QUE 4 DE 10 PERSONAS CONSIDERA QUE EDUCACIÓN MUNICIPAL ES “MALA”
Estudio realizado por el Centro de Estudios de la Universidad San Sebastián, con el objetivo de obtener un panorama acerca de lo que piensa la población sobre los efectos de la Ley de Inclusión Escolar, detectó que Un 42% de los encuestados piensa que la gratuidad impactará de manera positiva a la clase media.
Un sondeo realizado por el Centro de Estudios de la Universidad San Sebastián, con el objetivo de obtener un panorama acerca de lo que piensa la población sobre los efectos de la Ley de Inclusión Escolar, que termina con el lucro, copago y selección, detectó escepticismo, sobre todo en los segmentos con mayores ingresos, respecto de si tendrá algún impacto en la calidad de la educación o si se estrecharán las brechas entre la educación pública y privada.
Fabián Riquelme, director del Centro de Estudios USS, señala que “estamos presenciando inyecciones en materia de presupuesto de la nación nunca antes vistas en Educación Escolar, específicamente la Ley de Inclusión y otras subvenciones, sin embargo, existe poca confianza en que mayores recursos son sinónimo de progreso”.
Un 42% de los encuestados piensa que la gratuidad impactará de manera positiva a la clase media. En tanto, cabe destacar que al analizar por nivel socioeconómico, se aprecia que los más optimistas son los de clase media, con un 46%.
Si bien un 52% de los encuestados no cree que la gratuidad contribuya a disminuir la brecha entre la educación pública y la privada, esto no se da de igual manera en los distintos estratos socioeconómicos, ya que se rompe la tendencia en el nivel bajo, donde los que sí creen que contribuirá superan a los que no con un 56%.
En este punto, la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Educación de casa de estudios, Geraldine Jara, opina que “la gratuidad como política pública apunta a la inclusión desde las oportunidades, entendiendo éstas como la posibilidad que existen cuando cualquier niño o niña tiene acceso a un establecimiento, independiente de la situación socioeconómica de su familia. Esto se traduce en menor segregación principalmente en el nivel socioeconómico bajo, como lo refleja el estudio de opinión”.
El caso más representativo está en quienes piensan que con la gratuidad los resultados de indicadores como el Simce o PSU, seguirán igual (37%), en el resto de los casos se aprecia que los más negativos “Nada + Poco” son los del NSE alto (40%), contraponiéndose a los más positivos con la iniciativa del gobierno, al NSE bajo (40%).
Sobre una posible migración de estudiantes a la educación privada, al analizar los datos se observa que 46% la población encuestada cree mayormente que habrá una migración significativa (Algo + Mucho). En cuanto a la distribución de los niveles socioeconómicos todos se comportan de manera similar, no existiendo diferencias significativas entre ellos.
“MUY MALA”
Sin embargo, el sondeo arroja que 4 de cada 10 personas piensa que la educación municipal es “muy mala o mala”.
Si bien los datos a nivel socioeconómico se distribuyen de manera similar el más negativo es el NSE alto, superando en un 8% al nivel medio que le sigue.
Para Geraldine Jara, no es extraño constatar que las personas piensan que la educación municipal es “mala”, “entendiendo que esta se ha tenido que encargar de todos los estudiantes de contextos vulnerables y el enorme desgaste que esta situación reviste, además con familias que tienen problemas para acompañar el proceso y en su mayoría no podrían explicar que es calidad educativa, siendo usuarios complejos del sistema, versus los establecimientos particulares que seleccionan por nivel socioeconómico según su arancel, y generalmente encargan a las familias un “recorrido” de especialistas cuando tienen que trabajar con niños y niñas que no van a un ritmo rápido de aprendizaje”.
Según destaca, “esto se corrobora año a año por los resultados del Simce, sin ahondar en los factores que explican sus resultados. Al parecer nuestras cifras de desigualdad y las diferencias de nivel socioeconómico no tienen suficiente fuerza para respaldar medidas como la gratuidad y la no selección. Por último, cabe recordar que los resultados se explican desde el nivel socioeconómico de las familias, perpetuando la segmentación y restringiendo las posibilidades a los que no pueden costear una educación de calidad”.
De esta forma la mayoría de los encuestados es optimista ante el nuevo escenario impuesto por la reforma educacional, con un porcentaje no menor del 9% que cree que de ninguna manera la nueva medida será de utilidad para el país. Y así, 1 de cada 2 personas cree que se favorecerá la inclusión (Algo + Mucho) con la nueva reforma educacional, siendo el NSE “Medio” el más positivo con las expectativas, cabe mencionar que a la hora de ser negativos el NSE “Alto” es quien se lleva los honores, ya que 4 de cada 10 personas piensa que el efecto de la reforma será “Poco” y/o “Nada”.
Fabián Riquelme añade que “habría que esperar medidas que apunten al aula, más que a las que hacen posible acceder a la educación, sobre todo cuando esta evidencia desde hace muchas décadas, desgaste y estancamiento”.
fuente://lanacion.cl
Un sondeo realizado por el Centro de Estudios de la Universidad San Sebastián, con el objetivo de obtener un panorama acerca de lo que piensa la población sobre los efectos de la Ley de Inclusión Escolar, que termina con el lucro, copago y selección, detectó escepticismo, sobre todo en los segmentos con mayores ingresos, respecto de si tendrá algún impacto en la calidad de la educación o si se estrecharán las brechas entre la educación pública y privada.
Fabián Riquelme, director del Centro de Estudios USS, señala que “estamos presenciando inyecciones en materia de presupuesto de la nación nunca antes vistas en Educación Escolar, específicamente la Ley de Inclusión y otras subvenciones, sin embargo, existe poca confianza en que mayores recursos son sinónimo de progreso”.
Un 42% de los encuestados piensa que la gratuidad impactará de manera positiva a la clase media. En tanto, cabe destacar que al analizar por nivel socioeconómico, se aprecia que los más optimistas son los de clase media, con un 46%.
Si bien un 52% de los encuestados no cree que la gratuidad contribuya a disminuir la brecha entre la educación pública y la privada, esto no se da de igual manera en los distintos estratos socioeconómicos, ya que se rompe la tendencia en el nivel bajo, donde los que sí creen que contribuirá superan a los que no con un 56%.
En este punto, la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Educación de casa de estudios, Geraldine Jara, opina que “la gratuidad como política pública apunta a la inclusión desde las oportunidades, entendiendo éstas como la posibilidad que existen cuando cualquier niño o niña tiene acceso a un establecimiento, independiente de la situación socioeconómica de su familia. Esto se traduce en menor segregación principalmente en el nivel socioeconómico bajo, como lo refleja el estudio de opinión”.
El caso más representativo está en quienes piensan que con la gratuidad los resultados de indicadores como el Simce o PSU, seguirán igual (37%), en el resto de los casos se aprecia que los más negativos “Nada + Poco” son los del NSE alto (40%), contraponiéndose a los más positivos con la iniciativa del gobierno, al NSE bajo (40%).
Sobre una posible migración de estudiantes a la educación privada, al analizar los datos se observa que 46% la población encuestada cree mayormente que habrá una migración significativa (Algo + Mucho). En cuanto a la distribución de los niveles socioeconómicos todos se comportan de manera similar, no existiendo diferencias significativas entre ellos.
“MUY MALA”
Sin embargo, el sondeo arroja que 4 de cada 10 personas piensa que la educación municipal es “muy mala o mala”.
Si bien los datos a nivel socioeconómico se distribuyen de manera similar el más negativo es el NSE alto, superando en un 8% al nivel medio que le sigue.
Para Geraldine Jara, no es extraño constatar que las personas piensan que la educación municipal es “mala”, “entendiendo que esta se ha tenido que encargar de todos los estudiantes de contextos vulnerables y el enorme desgaste que esta situación reviste, además con familias que tienen problemas para acompañar el proceso y en su mayoría no podrían explicar que es calidad educativa, siendo usuarios complejos del sistema, versus los establecimientos particulares que seleccionan por nivel socioeconómico según su arancel, y generalmente encargan a las familias un “recorrido” de especialistas cuando tienen que trabajar con niños y niñas que no van a un ritmo rápido de aprendizaje”.
Según destaca, “esto se corrobora año a año por los resultados del Simce, sin ahondar en los factores que explican sus resultados. Al parecer nuestras cifras de desigualdad y las diferencias de nivel socioeconómico no tienen suficiente fuerza para respaldar medidas como la gratuidad y la no selección. Por último, cabe recordar que los resultados se explican desde el nivel socioeconómico de las familias, perpetuando la segmentación y restringiendo las posibilidades a los que no pueden costear una educación de calidad”.
De esta forma la mayoría de los encuestados es optimista ante el nuevo escenario impuesto por la reforma educacional, con un porcentaje no menor del 9% que cree que de ninguna manera la nueva medida será de utilidad para el país. Y así, 1 de cada 2 personas cree que se favorecerá la inclusión (Algo + Mucho) con la nueva reforma educacional, siendo el NSE “Medio” el más positivo con las expectativas, cabe mencionar que a la hora de ser negativos el NSE “Alto” es quien se lleva los honores, ya que 4 de cada 10 personas piensa que el efecto de la reforma será “Poco” y/o “Nada”.
Fabián Riquelme añade que “habría que esperar medidas que apunten al aula, más que a las que hacen posible acceder a la educación, sobre todo cuando esta evidencia desde hace muchas décadas, desgaste y estancamiento”.
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Monday, October 19, 2015
SIMCE EDUCACIÓN FÍSICA: 41% DE ALUMNOS DE 8° TIENE SOBREPESO U OBESIDAD
Prueba aplicada el año pasado a 9.919 escolares arrojó que el 43% de los escolares con sobrepeso u obesidad pertenecen al segmento más bajo, mientras que sólo el 27% corresponde al nivel alto.
El secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez, dio a conocer este lunes los resultados del Estudio Nacional de Educación Física 2014.
La prueba fue aplicada entre noviembre y diciembre del año pasado a 9.919 alumnos de octavo básico. Medición arrojó que el 41% de los estudiantes tiene sobrepeso u obesidad.
Se detectó que el 59% de los niños posee un Índice de Masa Corporal Normal (IMC), mientras que un 25% tiene sobrepeso y un 16% obesidad. Si se coteja la distribución según sexo el 56% de las mujeres y el 61% de los hombres tienen un IMC normal, mientras que un 44% y 39%, respectivamente, presentan sobrepeso u obesidad.
El Índice de Masa Corporal es un indicador que se utiliza para diagnosticar el estado nutricional de una persona. Es considerado –se indicó- como uno de los mejores métodos para saber si el peso de una persona es aceptable o si está en riesgo de desnutrición o de obesidad tomando en cuenta su estatura.
La prueba puso de relieve que el 43% de los escolares con sobrepeso u obesidad pertenecen al segmento más bajo, mientras que sólo el 27% corresponde al nivel alto.
En relación a los resultados por géneros, quedó reflejado que, en términos de rendimiento muscular, los varones presentan mejores resultados que las mujeres. Quedó de manifiesto también que los alumnos poseen una adecuada resistencia muscular, sin embargo, tienen poca fuerza y flexibilidad.
El estudio reflejó también que más de la mitad de los alumnos requiere mejorar su capacidad aeróbica (70%).
Respecto de los grupos socioeconómicos, la Agencia de Calidad detectó que las mayores diferencias se dieron en el IMC, donde el GSE alto tiene 16 % más de estudiantes con un IMC normal; en perímetro de cintura, donde el 10 % de los estudiantes del GSE alto tienen riesgo vascular, frente al 24 % del GSE bajo; y en salto largo a pies juntos, donde el GSE alto tiene 25 % más de estudiantes en un nivel destacado.
En cuanto a los resultados según género, se consideró la cantidad de hombres y mujeres en las categorías que en cada prueba indican un rendimiento satisfactorio. En términos de rendimiento muscular, los hombres presentan mejores resultados que las mujeres (se consideran las categorías aceptable y destacado). Es por esto que Henríquez instó a las escuelas a "tomar medidas de acción para que las mujeres mejoren este componente de la condición física".
En los resultados de flexibilidad, un mayor porcentaje de mujeres logra un rendimiento destacado o aceptable en comparación con los hombres.
En los test de Cafra y Navette un mayor porcentaje de hombres logra un rendimiento satisfactorio (desatacado o aceptable).
"Si analizamos los resultados alcanzados por hombres y mujeres en las pruebas, es posible concluir que los hombres logran resultados satisfactorios en todas las pruebas, excepto en la prueba que mide flexibilidad", añadió Henríquez.
RECOMENDACIONES
En la Agencia de Calidad entregaron también una serie de recomendaciones para mejorar la condición física de nuestros niños y niñas.
► Se aconsejó a los equipos directivos implementar estrategias para fomentar los hábitos de vida activa y la actividad física de los estudiantes en la escuela; promover el sentido de responsabilidad compartida escuela-familia para el desarrollo de hábitos alimenticios, de vida activa y autocuidado; y realizar talleres donde se destaque la importancia de los hábitos de vida activa para el desarrollo cognitivo y sus beneficios para la salud.
► A los docentes de educación física se les recomienda planificar las clases considerando un trabajo diferenciado para los estudiantes, según su condición física y género; así como un buen aprovechamiento del tiempo asignado; cumplir un rol preventivo ante la eventual presencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares de los estudiantes, y difundir y promover hábitos de vida activa entre los estudiantes.
► Los padres y apoderados también tienen responsabilidad, es por esto que en la Agencia de Calidad recomendaron fomentar los hábitos de vida activa; evitar el sedentarismo de los niños promoviendo actividades en espacios públicos como plazas y parques; realizar actividad física o practicar deportes con los estudiantes fuera del horario escolar; y fomentar una alimentación sana y equilibrada en el hogar (alto consumo de agua, consumos diario de frutas y verduras, entre otros).
fuente://lanacion.cl
El secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez, dio a conocer este lunes los resultados del Estudio Nacional de Educación Física 2014.
La prueba fue aplicada entre noviembre y diciembre del año pasado a 9.919 alumnos de octavo básico. Medición arrojó que el 41% de los estudiantes tiene sobrepeso u obesidad.
Se detectó que el 59% de los niños posee un Índice de Masa Corporal Normal (IMC), mientras que un 25% tiene sobrepeso y un 16% obesidad. Si se coteja la distribución según sexo el 56% de las mujeres y el 61% de los hombres tienen un IMC normal, mientras que un 44% y 39%, respectivamente, presentan sobrepeso u obesidad.
El Índice de Masa Corporal es un indicador que se utiliza para diagnosticar el estado nutricional de una persona. Es considerado –se indicó- como uno de los mejores métodos para saber si el peso de una persona es aceptable o si está en riesgo de desnutrición o de obesidad tomando en cuenta su estatura.
La prueba puso de relieve que el 43% de los escolares con sobrepeso u obesidad pertenecen al segmento más bajo, mientras que sólo el 27% corresponde al nivel alto.
En relación a los resultados por géneros, quedó reflejado que, en términos de rendimiento muscular, los varones presentan mejores resultados que las mujeres. Quedó de manifiesto también que los alumnos poseen una adecuada resistencia muscular, sin embargo, tienen poca fuerza y flexibilidad.
El estudio reflejó también que más de la mitad de los alumnos requiere mejorar su capacidad aeróbica (70%).
Respecto de los grupos socioeconómicos, la Agencia de Calidad detectó que las mayores diferencias se dieron en el IMC, donde el GSE alto tiene 16 % más de estudiantes con un IMC normal; en perímetro de cintura, donde el 10 % de los estudiantes del GSE alto tienen riesgo vascular, frente al 24 % del GSE bajo; y en salto largo a pies juntos, donde el GSE alto tiene 25 % más de estudiantes en un nivel destacado.
En cuanto a los resultados según género, se consideró la cantidad de hombres y mujeres en las categorías que en cada prueba indican un rendimiento satisfactorio. En términos de rendimiento muscular, los hombres presentan mejores resultados que las mujeres (se consideran las categorías aceptable y destacado). Es por esto que Henríquez instó a las escuelas a "tomar medidas de acción para que las mujeres mejoren este componente de la condición física".
En los resultados de flexibilidad, un mayor porcentaje de mujeres logra un rendimiento destacado o aceptable en comparación con los hombres.
En los test de Cafra y Navette un mayor porcentaje de hombres logra un rendimiento satisfactorio (desatacado o aceptable).
"Si analizamos los resultados alcanzados por hombres y mujeres en las pruebas, es posible concluir que los hombres logran resultados satisfactorios en todas las pruebas, excepto en la prueba que mide flexibilidad", añadió Henríquez.
RECOMENDACIONES
En la Agencia de Calidad entregaron también una serie de recomendaciones para mejorar la condición física de nuestros niños y niñas.
► Se aconsejó a los equipos directivos implementar estrategias para fomentar los hábitos de vida activa y la actividad física de los estudiantes en la escuela; promover el sentido de responsabilidad compartida escuela-familia para el desarrollo de hábitos alimenticios, de vida activa y autocuidado; y realizar talleres donde se destaque la importancia de los hábitos de vida activa para el desarrollo cognitivo y sus beneficios para la salud.
► A los docentes de educación física se les recomienda planificar las clases considerando un trabajo diferenciado para los estudiantes, según su condición física y género; así como un buen aprovechamiento del tiempo asignado; cumplir un rol preventivo ante la eventual presencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares de los estudiantes, y difundir y promover hábitos de vida activa entre los estudiantes.
► Los padres y apoderados también tienen responsabilidad, es por esto que en la Agencia de Calidad recomendaron fomentar los hábitos de vida activa; evitar el sedentarismo de los niños promoviendo actividades en espacios públicos como plazas y parques; realizar actividad física o practicar deportes con los estudiantes fuera del horario escolar; y fomentar una alimentación sana y equilibrada en el hogar (alto consumo de agua, consumos diario de frutas y verduras, entre otros).
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Tuesday, September 29, 2015
Estamos volviendo locos a nuestros niños
La burocracia del Mineduc se ha dedicado por décadas a crear un sistema infernal, en el cual, mientras más horas de clase y materias se pasen, creen, absurdamente, los niños aprenderán más. En los países avanzados, el lema es “enseñar menos pero mejor”. Aquí, es “enseñar mucho pero mal”. En Chile, se imparten cerca del doble de horas de clase al año que en países avanzados, y se tiene a profesores y alumnos como ratas preparando Simce tras Simce y, cuando ya se agotaron de embrutecerlos, entonces comienza la preparación de facsímiles de la PSU.
El daño siquiátrico a los niños de Chile comienza en la casa
Un estudio publicado en la Revista Médica de Chile de 2012, denominado “Salud mental infanto-juvenil en Chile y brechas de atención sanitarias”, señala que “... más de un tercio de la población infanto juvenil en Chile presenta algún trastorno psiquiátrico en un período de 12 meses”. Estos sufrimientos incluyen trastornos: a) ansiosos, b) afectivos, c) de comportamiento disruptivo, y d) de consumo de sustancias. La muestra señala que la situación es peor en chicos y chicas de 4 a 11 años que en el tramo 12-18. ¿Usted cree, por alguna casualidad, que esos niños tienen alguna posibilidad de aprender a leer, entender números, tener un comportamiento adecuado en las aulas, o empatizar con sus compañeros y profesores?
Esto tiene su origen en lo que ocurre en la casa, y lo que ocurre en la escuela, y ambas aberraciones se potencian para crear la tormenta perfecta.
Según el 4º Estudio de Maltrato Infantil Unicef 2012, “el 71% de los niños y niñas recibe algún tipo de violencia de parte de su madre y/o padre; un 51.5% sufre algún tipo de violencia física; el 25.9% de los niños y niñas sufre violencia física grave”. ¿Se da cuenta el horror de lo que estoy diciendo? Léalo de nuevo, por favor, y atine. No haga como los avestruces. Coménteselo al vecino. Vea además cómo coincide con las cifras de trastornos psiquiátricos arriba mencionados.
El daño se potencia en las aulas
Ahora bien, uno esperaría que la sala cuna, el jardín y la escuelas se convertirían al menos en el refugio para que estos chicos pasen algunas horas del día lamiéndose las heridas afectivas, divirtiéndose y aprendiendo un poco. Falso. Me adelanto a decir que esto no es culpa de los profesores o educadores de párvulos, que son los que tienen que apañar con esta tremenda carga emocional y profesional, sino de un sistema educativo sobresaturado de contenidos y horas de clases y Simces y PSUs, que deja mínimo espacio para el juego y la creatividad.
La burocracia del Mineduc se ha dedicado por décadas a crear un sistema infernal, en el cual, mientras más horas de clase y materias se pasen, creen, absurdamente, los niños aprenderán más. En los países avanzados, el lema es “enseñar menos pero mejor”. Aquí, es “enseñar mucho pero mal”. En Chile, se imparten cerca del doble de horas de clase al año que en países avanzados, y se tiene a profesores y alumnos como ratas preparando Simce tras Simce y, cuando ya se agotaron de embrutecerlos, entonces comienza la preparación de facsímiles de la PSU. Esto no solo daña el aprendizaje creativo, la empatía, la oralidad y el trabajo en equipo, sino que agrava el daño emocional producido en la casa. ¿Pero cómo? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Vamos a la literatura una vez más.
El país que más se asemeja a Chile en las estupideces del “Simce con consecuencias” es… nuestro modelo de sociedad… Estados Unidos. Un artículo de Twenge de 2010, del Clinical Psychology Review, se denomina, traducido, “Estudio de cohortes 1938-2007: aumento en la psicopatología de los jóvenes americanos”. Señala que ha habido un drámático aumento en este período, usando los mismos instrumentos de evaluación. La explicación esencial que da Peter Gray en “Freedom to Learn” es que la ansiedad y la depresión se correlacionan significativamente con la sensación que tienen las personas de control o falta de control sobre sus propias vidas.
Hay en USA, y también en Chile, un giro casi tectónico de lo que se llama la motivación intrínseca (Pedrito: “Yo tengo ganas de aprender, jugar, crear, hacer algo que me interesa, pasarlo bien”) a la motivación extrínseca a sus vidas (Pedrito: “¡Tienes que aprender los contenidos obligatorios de Cuarto Básico aunque no entiendas lo que lees!”). Los chicos, en suma, tienen escasísimas oportunidades para el juego en la escuela o en la casa por las tareas escolares o domésticas, si es que no están –en un 25% de los casos– sufriendo algún tipo de abuso grave.
Cuando ya la desmotivación, patológica o académica, hace presa de ese niño, y deja de entender lo que lee, y comienza a quedarse atrás de sus compañeros, pasa del hastío a la sensación de humillación. ¿Puede haber algo más humillante que sentir que sus compañeros sí están entendiendo, y que uno ni siquiera logra descifrar los párrafos que tiene al frente? De ahí a la mala conducta, el bullying o la deserción hay un sólo paso.
La combinación de la violencia intrafamiliar con el embrutecimiento escolar es casi letal. Y después nos sorprendemos de los elevados porcentajes de la población que no entienden lo que leen, y de los elevados y crecientes índices delictuales.
La combinación de la violencia intrafamiliar con el embrutecimiento escolar es casi letal. Y después nos sorprendemos de los elevados porcentajes de la población que no entienden lo que leen, y de los elevados y crecientes índices delictuales.
¿Hay solución?
Sí, todavía quiero creer que la hay. Por cierto, ella no pasa por tener helicópteros arriba de las ciudades con megáfonos diciendo a los adultos que no hay que golpear a los niños. Lo que tenemos, como consecuencia de décadas de inequidad, drogadicción, alcoholismo, consumismo espurio y alienación, es una enfermedad social de graves y profundas causas y consecuencias, que se soluciona en décadas, si es que se soluciona.
Pero podemos tratar de rescatar a los niños dañados o, al menos, a una fracción respetable de ellos. Si no los rescatamos, la sociedad chilena seguirá dañada a través de los hijos de los hijos de los que no rescatemos hoy.
La solución es, por supuesto, multisistémica, de larga duración y masiva, por ende, carísima, la primera prioridad de la nación, y no se basa en un mero llamado a las buenas costumbres y algunos mensajes comunicacionales, o la mera creación de una Subsecretaría, como lo que está intentando, con todo respeto, el Consejo Nacional de la Infancia. Esta debiera ser la megarreforma del Estado de Chile, con un Plan Nacional de 20 años y la primera prioridad presupuestal de la nación. Pacto político, esta vez en serio, y con las manos en alto de veras. Aquí van seis ingredientes.
Las Escuelas Maternales de Chile. Cobertura masiva y en horario extendido de jardines infantiles y salas cuna de lujo. De lujo. No con una educadora cada 28 o 30 niños como se está haciendo ahora, lo cual es una mera guardería, sino con una cada 10 o 12. Por cierto, estas educadoras debieran ser también de lujo, formadas en escuelas pedagógicas de lujo, la primera línea de atención a la infancia, con preparación no solamente docente sino en atención psicológica primaria para poder detectar patologías de manera temprana, y con capacidad para apoyar a madres y apoderados, incluso en sus hogares. Formación equivalente a magíster, remuneración acorde, certificación estatal de competencias, conocimientos y habilidades, incluso emocionales. Infraestructura de lujo, calefaccionada, con juegos. De manera que las madres sientan plena confianza de dejar a sus chiquitas y chiquitos ahí, a cualquier hora, porque saben que estarán amorosa y competentemente atendidos. Póngale números: varios miles de millones de dólares tan solo en la formación y remuneración del capital humano requerido. ¿Hay mejor inversión? Esto es, por sí solo, mucha más plata que la requerida por la gratuidad en educación superior para los jóvenes del quintil más rico.
La segunda línea de rescate: consultorios primarios y hospitales. Una vez detectados tempranamente los niños con problemas, estos deben ser derivados a consultorios primarios en estrecha colaboración con los establecimientos escolares. Las psicólogas, psiquiatras y psicopedagogos de los consultorios, en cantidades suficientes, bien formados y remunerados, deben conocerse, cara a cara, con los educadores, y trabajar mancomunadamente. “Aló, Pedro, ahí te mando a Juanito para mañana. Por favor, velo rápido porque está con ataques de ansiedad”. Si el problema escapa al consultorio, en casos excepcionales, debe ser derivado al Hospital zonal… bien coordinado con los consultorios primarios, y no como ahora, en que se los manda desde un médico anónimo a otro médico anónimo, con un papel en la mano, a una larga lista de espera.
La tercera línea, de rescate y formación: las aulas. Pero estamos hablando de las nuevas aulas de Chile, en que los directivos y profesores, bien formados y evaluados, tengan mucho mayores rangos de libertad para acomodar el currículo y las horas semanales de clases, talleres creativos y de tutoría entre alumnos, deportes, juego libre y recreación, a las verdaderas necesidades de sus alumnos. ¿Tiene sentido, si hay en un aula de Séptimo Básico un 80% de alumnos de nivel real Tercero Básico, seguirles pasando materia de séptimo? (esta no es una exageración didáctica). Salvo, claro está, humillarlos y deprimirlos. Cada comuna podría, por cierto, tener un centro similar al que hay en Las Condes, en que se proporcione apoyo a todas las escuelas para los niños con necesidades especiales de aprendizaje.
La cuarta línea. La UCI de los niños. Cuando ya los problemas son graves, es necesario institucionalizarlos, en Sename II. Digo Sename II porque el actual, Sename I, más valdría cerrarlo o rehacerlo completo. No tiene ni la infraestructura ni los recursos, ni la capacidad de gestión ni los profesionales necesarios, y las historias que con frecuencia escapan de sus paredes son para llorar. Otros muchos millones de dólares… si no queremos que esos niños se conviertan en la escoria de la sociedad.
El rescate laboral y la reinserción. Es sabido que más de la mitad de la población penal comenzó a delinquir a los trece años, y que cuando “egresan” por la mal llamada puerta giratoria, salen más preparados y deseosos de delinquir que antes. Las cárceles de Chile, todas, salvo los casos de mayor peligrosidad, deben convertirse en los mejores liceos técnicos del país. Deben ingresar pequeños delincuentes, y deben egresar personas con oficios certificados por los distintos gremios empresariales, habiendo hecho prácticas duales en las últimas fases de su rehabilitación.
Tecnología. Juanito, hoy, en el Jardín, es uno, en el Kinder es otro, en el consultorio es otro, en el hospital es otro, y en el Sename es otro. Ningún profesional tiene acceso a la ficha de Juanito del otro establecimiento. La base de datos clínica y académica y judicial de Juanito debe ser una sola. Costo despreciable y marginal en lo técnico y económico, pero monumental en la defectuosa coordinación interinstitucional.
¿Vale la pena el esfuerzo, el tiempo y el costo? Usted dirá. Yo votaré por el candidato presidencial que prometa este como el principal y más prioritario programa de reforma del Estado y de rescate de los niños de Chile. Y con un aparato de Estado sólido, coordinado y sin pitutócratas para ejecutarlo. Es esto o no hay salida.
fuente://elmostrador.cl
El daño siquiátrico a los niños de Chile comienza en la casa
Un estudio publicado en la Revista Médica de Chile de 2012, denominado “Salud mental infanto-juvenil en Chile y brechas de atención sanitarias”, señala que “... más de un tercio de la población infanto juvenil en Chile presenta algún trastorno psiquiátrico en un período de 12 meses”. Estos sufrimientos incluyen trastornos: a) ansiosos, b) afectivos, c) de comportamiento disruptivo, y d) de consumo de sustancias. La muestra señala que la situación es peor en chicos y chicas de 4 a 11 años que en el tramo 12-18. ¿Usted cree, por alguna casualidad, que esos niños tienen alguna posibilidad de aprender a leer, entender números, tener un comportamiento adecuado en las aulas, o empatizar con sus compañeros y profesores?
Esto tiene su origen en lo que ocurre en la casa, y lo que ocurre en la escuela, y ambas aberraciones se potencian para crear la tormenta perfecta.
Según el 4º Estudio de Maltrato Infantil Unicef 2012, “el 71% de los niños y niñas recibe algún tipo de violencia de parte de su madre y/o padre; un 51.5% sufre algún tipo de violencia física; el 25.9% de los niños y niñas sufre violencia física grave”. ¿Se da cuenta el horror de lo que estoy diciendo? Léalo de nuevo, por favor, y atine. No haga como los avestruces. Coménteselo al vecino. Vea además cómo coincide con las cifras de trastornos psiquiátricos arriba mencionados.
El daño se potencia en las aulas
Ahora bien, uno esperaría que la sala cuna, el jardín y la escuelas se convertirían al menos en el refugio para que estos chicos pasen algunas horas del día lamiéndose las heridas afectivas, divirtiéndose y aprendiendo un poco. Falso. Me adelanto a decir que esto no es culpa de los profesores o educadores de párvulos, que son los que tienen que apañar con esta tremenda carga emocional y profesional, sino de un sistema educativo sobresaturado de contenidos y horas de clases y Simces y PSUs, que deja mínimo espacio para el juego y la creatividad.
La burocracia del Mineduc se ha dedicado por décadas a crear un sistema infernal, en el cual, mientras más horas de clase y materias se pasen, creen, absurdamente, los niños aprenderán más. En los países avanzados, el lema es “enseñar menos pero mejor”. Aquí, es “enseñar mucho pero mal”. En Chile, se imparten cerca del doble de horas de clase al año que en países avanzados, y se tiene a profesores y alumnos como ratas preparando Simce tras Simce y, cuando ya se agotaron de embrutecerlos, entonces comienza la preparación de facsímiles de la PSU. Esto no solo daña el aprendizaje creativo, la empatía, la oralidad y el trabajo en equipo, sino que agrava el daño emocional producido en la casa. ¿Pero cómo? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Vamos a la literatura una vez más.
El país que más se asemeja a Chile en las estupideces del “Simce con consecuencias” es… nuestro modelo de sociedad… Estados Unidos. Un artículo de Twenge de 2010, del Clinical Psychology Review, se denomina, traducido, “Estudio de cohortes 1938-2007: aumento en la psicopatología de los jóvenes americanos”. Señala que ha habido un drámático aumento en este período, usando los mismos instrumentos de evaluación. La explicación esencial que da Peter Gray en “Freedom to Learn” es que la ansiedad y la depresión se correlacionan significativamente con la sensación que tienen las personas de control o falta de control sobre sus propias vidas.
Hay en USA, y también en Chile, un giro casi tectónico de lo que se llama la motivación intrínseca (Pedrito: “Yo tengo ganas de aprender, jugar, crear, hacer algo que me interesa, pasarlo bien”) a la motivación extrínseca a sus vidas (Pedrito: “¡Tienes que aprender los contenidos obligatorios de Cuarto Básico aunque no entiendas lo que lees!”). Los chicos, en suma, tienen escasísimas oportunidades para el juego en la escuela o en la casa por las tareas escolares o domésticas, si es que no están –en un 25% de los casos– sufriendo algún tipo de abuso grave.
Cuando ya la desmotivación, patológica o académica, hace presa de ese niño, y deja de entender lo que lee, y comienza a quedarse atrás de sus compañeros, pasa del hastío a la sensación de humillación. ¿Puede haber algo más humillante que sentir que sus compañeros sí están entendiendo, y que uno ni siquiera logra descifrar los párrafos que tiene al frente? De ahí a la mala conducta, el bullying o la deserción hay un sólo paso.
La combinación de la violencia intrafamiliar con el embrutecimiento escolar es casi letal. Y después nos sorprendemos de los elevados porcentajes de la población que no entienden lo que leen, y de los elevados y crecientes índices delictuales.
La combinación de la violencia intrafamiliar con el embrutecimiento escolar es casi letal. Y después nos sorprendemos de los elevados porcentajes de la población que no entienden lo que leen, y de los elevados y crecientes índices delictuales.
¿Hay solución?
Sí, todavía quiero creer que la hay. Por cierto, ella no pasa por tener helicópteros arriba de las ciudades con megáfonos diciendo a los adultos que no hay que golpear a los niños. Lo que tenemos, como consecuencia de décadas de inequidad, drogadicción, alcoholismo, consumismo espurio y alienación, es una enfermedad social de graves y profundas causas y consecuencias, que se soluciona en décadas, si es que se soluciona.
Pero podemos tratar de rescatar a los niños dañados o, al menos, a una fracción respetable de ellos. Si no los rescatamos, la sociedad chilena seguirá dañada a través de los hijos de los hijos de los que no rescatemos hoy.
La solución es, por supuesto, multisistémica, de larga duración y masiva, por ende, carísima, la primera prioridad de la nación, y no se basa en un mero llamado a las buenas costumbres y algunos mensajes comunicacionales, o la mera creación de una Subsecretaría, como lo que está intentando, con todo respeto, el Consejo Nacional de la Infancia. Esta debiera ser la megarreforma del Estado de Chile, con un Plan Nacional de 20 años y la primera prioridad presupuestal de la nación. Pacto político, esta vez en serio, y con las manos en alto de veras. Aquí van seis ingredientes.
Las Escuelas Maternales de Chile. Cobertura masiva y en horario extendido de jardines infantiles y salas cuna de lujo. De lujo. No con una educadora cada 28 o 30 niños como se está haciendo ahora, lo cual es una mera guardería, sino con una cada 10 o 12. Por cierto, estas educadoras debieran ser también de lujo, formadas en escuelas pedagógicas de lujo, la primera línea de atención a la infancia, con preparación no solamente docente sino en atención psicológica primaria para poder detectar patologías de manera temprana, y con capacidad para apoyar a madres y apoderados, incluso en sus hogares. Formación equivalente a magíster, remuneración acorde, certificación estatal de competencias, conocimientos y habilidades, incluso emocionales. Infraestructura de lujo, calefaccionada, con juegos. De manera que las madres sientan plena confianza de dejar a sus chiquitas y chiquitos ahí, a cualquier hora, porque saben que estarán amorosa y competentemente atendidos. Póngale números: varios miles de millones de dólares tan solo en la formación y remuneración del capital humano requerido. ¿Hay mejor inversión? Esto es, por sí solo, mucha más plata que la requerida por la gratuidad en educación superior para los jóvenes del quintil más rico.
La segunda línea de rescate: consultorios primarios y hospitales. Una vez detectados tempranamente los niños con problemas, estos deben ser derivados a consultorios primarios en estrecha colaboración con los establecimientos escolares. Las psicólogas, psiquiatras y psicopedagogos de los consultorios, en cantidades suficientes, bien formados y remunerados, deben conocerse, cara a cara, con los educadores, y trabajar mancomunadamente. “Aló, Pedro, ahí te mando a Juanito para mañana. Por favor, velo rápido porque está con ataques de ansiedad”. Si el problema escapa al consultorio, en casos excepcionales, debe ser derivado al Hospital zonal… bien coordinado con los consultorios primarios, y no como ahora, en que se los manda desde un médico anónimo a otro médico anónimo, con un papel en la mano, a una larga lista de espera.
La tercera línea, de rescate y formación: las aulas. Pero estamos hablando de las nuevas aulas de Chile, en que los directivos y profesores, bien formados y evaluados, tengan mucho mayores rangos de libertad para acomodar el currículo y las horas semanales de clases, talleres creativos y de tutoría entre alumnos, deportes, juego libre y recreación, a las verdaderas necesidades de sus alumnos. ¿Tiene sentido, si hay en un aula de Séptimo Básico un 80% de alumnos de nivel real Tercero Básico, seguirles pasando materia de séptimo? (esta no es una exageración didáctica). Salvo, claro está, humillarlos y deprimirlos. Cada comuna podría, por cierto, tener un centro similar al que hay en Las Condes, en que se proporcione apoyo a todas las escuelas para los niños con necesidades especiales de aprendizaje.
La cuarta línea. La UCI de los niños. Cuando ya los problemas son graves, es necesario institucionalizarlos, en Sename II. Digo Sename II porque el actual, Sename I, más valdría cerrarlo o rehacerlo completo. No tiene ni la infraestructura ni los recursos, ni la capacidad de gestión ni los profesionales necesarios, y las historias que con frecuencia escapan de sus paredes son para llorar. Otros muchos millones de dólares… si no queremos que esos niños se conviertan en la escoria de la sociedad.
El rescate laboral y la reinserción. Es sabido que más de la mitad de la población penal comenzó a delinquir a los trece años, y que cuando “egresan” por la mal llamada puerta giratoria, salen más preparados y deseosos de delinquir que antes. Las cárceles de Chile, todas, salvo los casos de mayor peligrosidad, deben convertirse en los mejores liceos técnicos del país. Deben ingresar pequeños delincuentes, y deben egresar personas con oficios certificados por los distintos gremios empresariales, habiendo hecho prácticas duales en las últimas fases de su rehabilitación.
Tecnología. Juanito, hoy, en el Jardín, es uno, en el Kinder es otro, en el consultorio es otro, en el hospital es otro, y en el Sename es otro. Ningún profesional tiene acceso a la ficha de Juanito del otro establecimiento. La base de datos clínica y académica y judicial de Juanito debe ser una sola. Costo despreciable y marginal en lo técnico y económico, pero monumental en la defectuosa coordinación interinstitucional.
¿Vale la pena el esfuerzo, el tiempo y el costo? Usted dirá. Yo votaré por el candidato presidencial que prometa este como el principal y más prioritario programa de reforma del Estado y de rescate de los niños de Chile. Y con un aparato de Estado sólido, coordinado y sin pitutócratas para ejecutarlo. Es esto o no hay salida.
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