Friday, November 6, 2015

La elección Feuc y los temas pendientes en educación

El martes 3 y el miércoles 4 de noviembre fue la segunda vuelta para elegir a la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC). En el balotaje se enfrentaban la lista de izquierda “Crecer”, que recibió además el apoyo del NAU, contra la lista “1a” del Movimiento Gremial, que en esta ocasión recibió el respaldo de Solidaridad.

El resultado ya es conocido: la plataforma “Crecer” se impuso por un 52.65%, que representa a 7.663 votos. Importante es destacar que el Movimiento Gremial obtuvo tan solo 70 votos menos que el 2014 por lo tanto, el triunfo de ”Crecer” se dio por un aumento considerable en el número de votantes a su favor, más que por una disminución del apoyo al gremialismo.

La FEUC es la federación más representativa del país, no sólo es la universidad donde participa un mayor número de estudiantes, sino que en ninguna otra federación encontramos representantes que obtengan tantos votos.

Muy importante es destacar, que resulta difícil pensar en otra institución que presente este nivel de alternancia en la dirección de su federación, con grupos tan heterogéneos, transformándose en un importante sello para la democracia interna de la UC y un factor de legitimidad externa de la transparencia del proceso. Además, ilustra muy bien sobre la capacidad de la Universidad Católica para generar movimientos jóvenes con impacto político en Chile.

El resultado de esta elección presenta diversos desafíos para quienes no nos sentimos representados por la lista ganadora. La lista “1a” en esta elección no sólo convocaba al gremialismo, sino a todos quienes compartimos una visión de sociedad libre, justa y con más oportunidades.

Grandes desafíos tenemos por delante: debemos usar este año para movilizar a la mayor cantidad de gente posible, para volver a convencer a los estudiantes de la UC que es importante promover estas ideas no sólo en la Universidad sino que también en el país, sobre todo, considerando la agenda pública actual la cual incluye temas educacionales en donde se juegan principios fundamentales que influyen en las posibilidades de desarrollo para Chile.


Al mismo tiempo, debemos ser una buena oposición. Si bien “Crecer” tiene una representatividad importante y legítima, el haber ganado la elección no implica en ningún caso haberles entregado un cheque en blanco para que puedan hacer lo que ellos quieran. Con la misma vara que midieron a Ricardo Sande cuando apoyaron la decisión de remover a  nuestra universidad de la vocería de la CONFECH por presentar una voz diferente, ellos serán medidos en los consejos internos y en las declaraciones públicas de la federación.

Los mismos que reclamaron por una voz plural de los estudiantes de la UC como sello distintivo, deberán recibir los mismos comentarios a sus posturas durante el 2016, considerando la presencia de proyectos de discriminación de personas en el tema universitario por parte del gobierno, así como el riesgo de pérdida de autonomía institucional.

En el debate actual sobre educación superior hay ciertas ideas que debiésemos defender especialmente quienes creemos en las ideas de la libertad de enseñanza y la justicia en la sociedad.

Debemos seguir trabajando por el derecho  de los estudiantes, independientemente de los recursos que posean, a elegir la institución que estimen conveniente para su educación acorde con sus méritos académicos. Hoy, todo esto está muy cuestionado, principalmente por la política discriminatoria del gobierno, que propone financiar solo a los alumnos que elijan las instituciones que tengan los requisitos fijados por la burocracia del Ministerio de Educación. Ante esa realidad la respuesta debe ser contundente y propositiva: debemos avanzar hacia un financiamiento justo, lo que implica que a los alumnos más vulnerables no sólo debemos entregarles un acceso gratuito, sino que incluso darles un subsidio de uso libre, para equilibrar el costo de oportunidades de trabajar versus estudiar; implica también que debemos proponer un financiamiento mixto para la clase media, una mezcla entre becas y créditos blandos, para que el haber estudiado no se transforme en una carga mayor que no haberlo hecho; y, por último, también implica que a quien pueda pagar su educación, el Estado no debe financiarlo, privilegiando siempre a quien más lo necesita -en las más diversas áreas de problemas sociales- y no a quien puede acceder a la educación con sus propios medios.

En segundo lugar, hay que trabajar para que en Chile se respete la autonomía universitaria. La diversidad es algo positivo y hay que respetarla.  Muchas veces escuchamos que las instituciones deben enseñar todas las visiones en pro del “pluralismo”. Nada se escucha del resultado que tiene dicha idea donde se homogenizan los actores y las instituciones no se diferencian unas con otras. En este sentido, es especialmente relevante el debate en torno a la intromisión del Estado en la política de los gobiernos universitarios a través del financiamiento, pues esto significaría  atacar directamente la autonomía de las instituciones tanto la libertad de enseñanza como su organización interna.

Por último, es necesario que el foco  del debate educacional vuelva a las necesidades reales de los chilenos. Hoy, el principal problema de las personas con menos recursos para ingresar a universidades de calidad, no es precisamente la falta de becas o financiamiento, sino que simplemente no logran cumplir los requisitos académicos exigidos. Ese es el mayor desafío: no solo requiere que mejoremos el mecanismo de ingreso a la educación superior, sino que nos enfoquemos en mejorar la calidad de las instituciones a las que asisten los alumnos más vulnerables del país. Poner el foco en aspectos esenciales como éste, logrará que pongamos los pies en la tierra y la discusión no se torne en una mera batalla de consignas materializadas en proyectos discriminatorios como los que hemos observado en el último tiempo.

La Universidad Católica es una institución particular, con una misión y una visión clara. Es una Universidad que ha hecho un inmenso aporte al país, y lo continúa haciendo después de más de cien años de historia. Es por esto que la defensa y promoción de su función pública es primordial. Lamentablemente es esto lo que ha sido fuertemente cuestionado por los partidarios del gobierno y también por algunos que se sienten representados por la lista ganadora de la FEUC.

A quien sea que esté hoy al mando de la federación debemos como mínimo exigirle la defensa de la institución, de su autonomía y de sus estudiantes.

fuente://latercera.com

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